Sobre conejos, payasos y banderas

¿Está agarrando el micro como si fuera un puro? ¿Se ha escrito "girl" con rotulador?

Lo pasaremos por alto por la música tan buena que hacen.

¿Cómo se llama el payaso de Slikpnot? ah si, Shawn Crahan, bueno, que para no perder la forma entre tour y tour este hombre tiene otra banda llamada "Dirty Little Rabbits" en la cual toca la batería. Si alguien espera un Slipknot 2 que se olvide, este es un rock con melodías de Hammond, un poco de psicodelía, rock con front(wo)man femenina y esas percusiones que a veces le dan por hacer al payaso. Tienen MySpace para que puedas escucharles antes de que te compres el discazo que grabarán para The End, compañía con la que han firmado y el motivo de este post. Veamos si les va lo suficientemente bien para venir por aquí (añadiremos esta banda a todas las que queremos que vengan a España) Por cierto ¿el pavo este no tenía otra banda llamada "To my surprise"? ¿Este descansa? Mientras el resto de los mortales desayunan este recluta a cuatro músicos y escribe cinco temas.

En otro orden de cosas, hay un pueblo en Navarra donde algunos políticos piensan que su comunidad pertenece al País Vasco, con lo que en los plenos del ayuntamiento cuelgan la Ikurriña. Los políticos que no piensan igual han colgado una bandera de Eddie en los plenos, declarando que Iron Maiden significa mucho para ellos y que por eso cuelgan la bandera. La tela en si es la que todos hemos comprado en las ferias y que tiene a Eddie enseñando el dedo del medio...oh bueno, aquí está la foto...

"Iron Maiden contra Euskadi", wow...suena a peli de serie B tipo "Superman contra Godzilla" sugerimos más refriegas bizarras como "Cataluña contra Belphegor", "Madrid contra Machine Head" o "Murcia contra Gigatrón" ¿quién dijo miedo?

Hasta las narices de que los políticos nos enfrenten los unos a los otros por terreno que no pertenece a nadie, sino que hay que preservar para las generaciones venideras...hasta las narices del mangoneo y de la manipulación del sistema legal...hasta las narices en definitiva, de ver como echan a perder a los ciudadanos en ideales del siglo pasado.

Hasta las narices.