miércoles, 22 de abril de 2009

Review: Chimaira, The Infection



El reto de Chimaira fue en su día el renovarse o morir en muchos aspectos. Su contexto de una escena nu-metal sentenciada al paredón hizo que los de Cleveland se afinaran las tuercas o cayeran en el olvido junto a toneladas de bandas afines. Todo esto pasó entre su desastroso primer álbum y su contundente segundo asalto. Ahora acaban de sacar The Infection, que debe de ser el quinto si los cálculos no me fallan, y estando a medio camino de oirlo por N vez como estoy se ve que la lección aprendida hace unos años aún está vigente en la mente de Mark Hunter y compañía.


The Infection tiene esos elementos marca de la casa que ya se hicieron hueco en anteriores discos, los riffs chugga-chugga dignos de un martillo neumático, los ritmos completísimos, variados y virtuosos del hijo pródigo Andols Herrick, la ambientación electrónica pero tan humana de Chris Spicuzza, el bajo prominente de Jim "fatibomba" Lamarca y las letras agónicas de Mark Hunter. Incluso hay un temazo largo final e instrumental! Pero si Resurrection, el anterior trabajo, era un T-Rex a ritmo imparable y frenético, esta entrega es un gusano de 5 quintales que avanza y engulle lentamente todo lo que se cruza en su camino. Las primeras pistas se suceden a base de tempos mas pausados que a los que estamos acostumbrados (con alguna excepción) ¿Es una constante en las bandas? ¿Qué tras un disco rápido te sale uno más pausado? Será que llega un momento en que no quieres escribir mas chicha.
Esa velocidad, decía, le da al álbum un pulso constante, le dota de coherencia entre pistas y contribuye a dotar de oscuridad a la obra. Va a haber gente que lo va a flipar con estos tempos, véase los cracks de Metalsucks, pero a mi me cuesta un poco pensar en como la ralentización puede afectar al directo de una banda como Chimaira. Que tampoco haya solos marca de Rob Arnold o que varias pistas no pasen de los 5 minutos puede también fastidiar a algunos, pero aún así suena a Chimaira y suena brutal, alguno va a decir "evolución" y otro a que suena como el E.P This Present Darkness, yo creo que está a medio camino de ambos.


Aunque decía que no todo ha cambiado, Chimaira tiene un gancho que es coger un riff y repetirlo mil veces de mil formas distintas, como diseccionándolo y cincelando pequeños y nuevos detalles sobre el; y esta vez no es menos. También hay esos riffs épicos tan melódicos que a veces se duplican y sobre todo el aura oscura que envuelve todas las palabras de un Mark Hunter que por lo que se ve, adopta una visión (un poquito) más positiva de su existencia, aunque los títulos, The Venom Inside, Frozen in Time o Impending Doom, no inviten a hacer un pic-nic. Es como si Chimaira hubiera decidido hacer un disco en cuarta marcha marcha en lugar de quinta, para que puedas disfrutar del paisaje, se entiende verdad? Por no hablar de la antes mencionada pista instrumental y del metraje tan justo (una hora) del álbum, no me quedo con ganas de mas ni menos, dosis perfecta. Sólo me falta saber cuando vienen a tocar a Madrid, el año pasado tocaron enfrente de lo que considero fuimos unos privilegiados 300, can't wait!

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